Las empresas reconocen las centralidad de los datos en el futuro de la movilidad como punto de partida a la hora de repensar la movilidad y el tránsito en las ciudades. En ese sentido, la tencología IoT facilita el flujo de datos gracias a su capacidad de conectividad del ciudadano con la infraestructuras y los vehículos. A hoy existen alrededor de 21 mil millones dispositivos IoT conectados y se cree que esta cifra aumentará en un 30% el próximo año; el aprovechamiento de los datos como verdadero generador de valor en el futuro de la movilidad y la aplicación de la Inteligencia Artificial para facilitar la automatización, convertirán las vías y carreteras en servicios inteligentes más sostenibles, seguros y fáciles de administrar.

Tendremos sistemas más avanzados de control del tráfico en la nube, completamente automatizado; que podrán seguir, controlar y predecir de forma eficiente una anomalía en la movilidad. Ya sea, guiando un vehículo autónomo hackeado o respondiendo en tiempo real un incidente vial. Esto se dará gracias a dispositivos inteligentes o de fibra óptica instalados en la vía; con sensores acústicos o térmicos e inteligencia y visión artificial. Lo que permitiría tomar decisiones como movilizar drones para evaluar los casos, derivar tráfico a una vía alterna, cambiar la señalización, la tarificación, etc.

Las nuevas tecnologías de conducción eléctrica, conectada, colaborativa y autónoma propondrán nuevos retos que deberán ser incluidos en los planes estratégicos de movilidad sostenible de los gobiernos y que exige mayor coordinación con el resto de servicios de transporte. El plan deberá priorizar la conectividad, con comunicaciones de corto alcance (ETSI ITS-G5) y las basadas en tecnología celular (4G, LTE y futura red de 5G) con el fin de generar información inmediata sobre todo cambio en la infraestructura y en el flujo.

Es notable como estas tecnologías integran y centralizan todos los Sistemas Inteligentes de Transporte (ITS) al Edge Computing, con comunicaciones de baja latencia entre dispositivos con un grado creciente de inteligencia localizada; y a los sistemas cooperativos de transporte inteligente C-ITS, que permiten la comunicación de los vehículos entre sí con la infraestructura. Con big data y algoritmia inteligente se podrán analizar el gran flujo de datos que se almacenan desde todos los sistemas integrados. Y no menos importantes es la ciberseguridad que garantiza la integridad de la información que se envía y recibe, evitando ataques que puedan comprometer la seguridad del sistema.

Otro servicio de movilidad que se esta transformando es la tarificación y peaje que necesita predecir, canalizar y ordenar el creciente tráfico viario de pasajeros y mercancías, especialmente en las ciudades; reduciendo congestiones e impacto medioambiental mediante sistemas inteligentes de pago con peajes dinámicos y tarificación variable, que optimizan el tráfico en función de la demanda. Los peajes free-flow que permiten el paso de los vehículos sin reducir la velocidad y los sistemas de detección automática de vehículos y ocupantes con inteligencia artificial hacen posible variar la tarifa según el peso, el índice contaminante y la ocupación de cada vehículo, así como el uso que hace de la infraestructura y el tráfico que haya en la vía. La tarificación se consolida en las grandes urbes con el modelo managed lines en la medida en que se incremente la problemática de las congestiones. Esta modalidad utiliza tecnología blockchain para garantizar la transparencia de la información en el pago y distribución de las tarifas.

Los beneficios ambientales de estas tecnologías son muchos, ya que permiten la reducción en el consumo de combustible y por tanto, disminuyen las emisiones de C02 hasta en un 6%. El mantenimiento de las infraestructuras viarias será más del tipo preventivo, reduciendo el riesgo de accidentalidad.