Antes de hablar de una receta, es bueno aclarar que se entiende por Smart City. Las ciudades inteligentes son aquellas que son innovadoras y que utilizan las TIC (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) para brindar mejor calidad de vida a sus ciudadanos. Buscando beneficiar a las generaciones actuales y futuras, a través de aspectos como la eficiencia en la operación urbana (Irazábal & Jirón, 2020).
Las innovaciones pueden ser enfocadas en relación con los materiales, recursos y modelos utilizados, teniendo presente de manera intensa la tecnología. La ciudad inteligente afecta todos los servicios que presta como por ejemplo: La movilidad, el agua, la energía, la educación, la seguridad y la atención de emergencias entre otros (Gemma Galdon-Clavell, 2013).
Ahora bien, si se quiere tener una buena receta, es importante analizar cuales son las ciudades que son consideradas como las mejores smart cities y así de esta manera entender la mejor ruta para ser una ciudad inteligente. Para esto se toma como referencia el índice ICIM (IESE Cities in Motion), que surge a partir de una investigación realizada por el Centro de Globalización y Estrategia De La Escuela De Negocios, que tiene como objetivo promover cambios y desarrollar ideas innovadoras que logren que las ciudades sean más sostenibles e inteligentes (Pascual Berrone & Joan Enric Ricart, 2020).
Este índice índice se calcula a partir de 9 dimensiones:
Capital humano: Mide la capacidad de una ciudad de atraer y retener talento, además de los planes de mejora en la educación, la creatividad y la investigación. Ejemplo : Gasto en ocio y recreación, número de universidades, gasto en educación, teatro, escuelas, etc.
Cohesión Social: Mide que tan inclusiva es una ciudad con los diferentes grupos sociales teniendo en cuenta sus necesidades. Ejemplo: Índice de felicidad, hospitales, Índice de sanidad, tasa de homicidios, terrorismo, entornos amigable para mujeres, Índice de esclavitud, Índice de paz.
Economía: Mide las variables que impulsan el desarrollo económico. Ejemplo: Qué tan fácil es comenzar un negocio en la ciudad, las hipotecas, el poder de compra, la productividad, el salario por hora en dólares, el PIB, entre otros más.
Gobernanza: Mide la intervención que ha tenido el estado tanto su calidad como su eficacia. Ejemplo: Gobierno electrónico, percepción de la corrupción, edificios gubernamentales, oficinas de investigación.
Medioambiente: Mide la sostenibilidad ambiental, planes de anticontaminación, las energías alternativas, las gestión eficiente del agua y los recursos naturales, además del manejo de residuos. Ejemplo: Emisiones de CO2, porcentaje de población con acceso agua, clima futuro, residuos sólidos, índice de polución.
Movilidad y transporte: Mide aspectos como rutas, parque automotor, transporte público y aéreo, desplazamiento de fuerza laboral. Esto teniendo en cuenta cómo afecta la calidad de vida de los ciudadanos. Ejemplo: Tren de alta velocidad, índice de tráfico, alquiler de bicicletas, índice de ineficiencia de tráfico, índice tráfico exponencial, longitud del metro, vuelos, bicicletas por hogar, etc.
Planificación urbana: Mide aspectos como los planes de habitabilidad sostenibles, diseño de zonas verdes, espacios públicos, crecimiento inteligente de las ciudades. Ejemplo: Número de personas por hogar, edificios de más de 35m de altura, porcentaje de población con servicios de saneamiento adecuados.
Proyección internacional: Mide la marca y el reconocimiento internacional de una ciudad, en aspectos como turismo, atracción de inversión extranjera y representación en el exterior. Ejemplo: Número de pasajeros por aeropuerto, hoteles, Número de fotos de la ciudad subidas online.
Tecnología: Esta dimensión es la espina dorsal de una ciudad inteligente, donde se miden aspectos como por ejemplo: Índice de innovación, hogares con internet, usuarios en redes sociales, cobertura 3G, velocidad de internet, porcentaje de hogares con computador, suscripciones banda ancha, etc.
La ciudad con mejor puntaje es Londres y en último lugar con la posición 174 está Caracas. Las ciudades de nuestro país que se encuentran en este ranking son: Bogotá, Medellín y Cali, con los puestos 120, 126, 145 respectivamente.
¿Pero que hace que ciudades como Londres, Nueva York y París estén a la cabeza de este ranking?
En el caso de Londres por ejemplo alberga la mayor área de startups y programadores que otras ciudades. Además de esto trabajan en un proyecto llamado “Smarter London Together”, que busca convertir a la ciudad en la más inteligente del mundo. Proyectan a Londres en una “Ciudad banco de pruebas global” para la innovación, donde se puedan desarrollar las ideas con altos niveles de seguridad y calidad, para que posteriormente se extiendan al mundo.
En el caso de Nueva York por ejemplo plantean un proyecto llamado “80×50” el cual tiene como objetivo la reducción de gases de efecto invernadero en un 80% para el año 2050. También el proyecto “0x30” donde el objetivo es llegar a cero desperdicios para el año 2030. Además de esto están trabajando en reformas de gestión de residuos residenciales y dan incentivos a las empresas por reciclaje.
En el caso de París utilizan aplicaciones de IoT (Internet de las cosas) para optimizar el flujo de personas y vehículos, también trabajan en un proyecto llamado “París Smart City 2050”, cuyo objetivo es la construcción de edificios que generen energías renovables y sean bioclimáticos, buscando de esta manera ser un referente en la lucha contra el cambio climático (Pascual Berrone & Joan Enric Ricart, 2020).
Respecto a Latinoamérica, esta región tiene una alta concentración urbana del planeta y los desafíos son cada vez más globales, teniendo problemáticas comunes entre sus ciudades. Se destacan las ciudades de Santiago y Buenos Aires, que han liderado la región en los últimos años y son consideradas como las más innovadoras de latinoamérica.
En el caso de Santiago forma parte del top 30 de la dimensión medioambiente y se destaca por su evolución en el ámbito económico. Actualmente trabaja en crear herramientas tecnológicas que ayuden a la coordinación territorial, para que los ciudadanos puedan desarrollar sus proyectos. Por otro lado Buenos Aires, se encuentra en el top 30 de planificación urbana y medio ambiente, pero su evolución económica la sitúa por debajo de Santiago (Pascual Berrone & Joan Enric Ricart, 2020).
Para el caso de Latinoamérica hay que tener en cuenta que soluciones que hayan funcionado bien en Europa, Asia o Norteamérica, no necesariamente van a funcionar en nuestra región. Para este caso tal vez la receta para una smart city deba ser cambiada, ya que las ciudades están desarrolladas de manera desigual y es necesario plantear soluciones diferentes y adaptadas a otros contextos. Las ciudades latinoamericanas necesitan utilizar modelos propios para medir sus esfuerzos (DalmoMarchetti et al., 2019).
Fuentes:
DalmoMarchetti, Renan Oliveira, & Ariane Roder Figueira. (2019, Septiembre). Are global north smart city models capable to assess Latin American cities? A model and indicators for a new context. Retrieved Junio 16, 2021, from https://www-sciencedirect-com.bdigital.udistrital.edu.co/science/article/pii/S026427511830485 2
Gemma Galdon-Clavell. (2013). (Not so) smart cities?: The drivers, impact and risks of surveillance-enabled smart environments. Retrieved Junio 13, 2021, from https://academic-oup-com.bdigital.udistrital.edu.co/spp/article/40/6/717/1618660?searchresult =1
Irazábal, C., & Jirón, P. (2020). Latin American smart cities: Between worlding infatuation and crawling provincialising. Retrieved Junio 12, 201, from https://journals-sagepub-com.bdigital.udistrital.edu.co/doi/full/10.1177/0042098020945201#
Pascual Berrone, & Joan Enric Ricart. (2020). Índice IESE Cities in Motion. Retrieved Junio 14, 2021, from https://media.iese.edu/research/pdfs/ST-0542.pdf
Top mundial y español de las ‘smart cities’ o ciudades inteligentes. (n.d.). Retrieved Junio 13, 2021, from https://www.bbva.com/es/sostenibilidad/top-mundial-y-espanol-de-las-smart-cities-o-ciudades -inteligentes/
