El líder, los resultados y sus motivaciones
“El mundo de hoy requiere líderes transformadores, que logren encaminarse, encaminar y mantener a sus equipos inspirados y motivados ante este nuevo panorama; lo único que no cambiará a la hora de liderazgos exitosos, es y será, los valores imprescindibles en el buen líder; templanza, ética y honestidad a la hora de la toma de decisiones”.
Durante muchos años ha sido tema de debate, sí existe correlación directa entre estilo de liderazgo de los CEO´s y los logros obtenidos por sus organizaciones, en especial los logros económicos. Sin embargo, se ha demostrado, que no necesariamente el logro de dichos objetivos es impulsado por un liderazgo positivo. De hecho, en los últimos 10 años se ha presentado gran variedad de casos en los que excelentes resultados económicos de algunas compañías no necesariamente han sido muestra de las capacidades de liderazgo de sus CEO´s. En la mayoría de éstos casos ha sido recurrente el hecho que éstos CEO´s han dirigido estas compañías con grandes dotes de liderazgo, pero bien alejados de valores y virtudes, obteniendo sí, logros de corto y mediano plazo, pero que al final han terminado en grandes escándalos financieros, quiebras y crisis económicas que han repercutido negativamente en las economías de sus países de procedencia y en algunos casos incluso a nivel mundial.
Es el caso de Enron (por citar uno de los casos más sonados de la última década); una compañía energética estadounidense con sede en HOUSTON-TEXAS, liderada por Jeffrey Skilling, quien fue llamado en su tiempo, una de las mentes más brillantes de la historia de los negocios y quien a su vez durante los años de grandes logros económicos, ocupaba los titulares de la prensa y principales revistas económicas, las cuales resaltaban su gran liderazgo visionario, innovador, su inteligencia y capacidad para motivar e inspirar a sus colaboradores. Todo esto resaltado como factores fundamentales para el logro de los resultados obtenidos por Enron en aquella época; sin embargo no pasaría mucho tiempo para que con el desplome de la compañía, salieran a relucir algunos de los extremos maquiavélicos a los que podía llegar Skilling, a la hora de lograr sus ambiciosos objetivos, lo cual al final lo llevo traspasar los límites de lo ético y a llevar a la quiebra a los accionistas, empleados y vinculados de esta empresa.
Pero, qué diferencia el ejemplo citado al de otras compañías que han obtenido resultados duraderos y en los que sus líderes han tenido un perfil de liderazgo muy similar al de Skilling?
La respuesta quizás gira en torno a los valores y motivaciones que definen a un buen líder. Por un lado los valores como la Templanza, la ética y la honestidad, deben ser imprescindibles a la hora de hablar de liderazgo, un líder al que los valores no le importan, dirigirá a su equipo y así mismo a un abismo. Los valores son aquellos muros de contención que ayudan al líder a poner y ponerse límites a la hora de la toma de decisiones complicadas, en especial en las diversidades grises a la que se debe enfrentar cada día. Estos valores le recordaran el impacto que dichas decisiones tendrán no solo en su propia vida, sino en la de sus colaboradores y demás vinculados. Del otro lado están las motivaciones, que son la gasolina que le permitirá al líder mantenerse enérgico, inspirar y guiar sin desfallecer.
El líder, los resultados y sus motivaciones
Definiciones sobre que es motivación y sus diferentes tipos hay miles, comparto especialmente la siguiente de Santiago Torre.
“Existen tres principales tipos de motivaciones: Intrínseca, extrínseca y trascendente.
La motivación intrínseca es aquella que nos lleva a realizar la tarea a pesar de las dificultades, esfuerzos e incluso falta de recompensa por la misma. Si la tenemos, suele ser tan fuerte que nos lleva a ser y tener un equipo imbatible.
En segundo lugar está la motivación extrínseca, basada en estímulos o fuentes de motivación externos que suelen ser materiales y de reconocimiento ligado al EGO, tales como: El Salario, las comisiones, los bonos, beneficios, el reconociendo publico etc.
Por último la motivación trascendente es la que motiva y moviliza la energía de la gente, lo que motiva la fuente trascendental no suele ser primordialmente la tarea (intrínseca), ni lo que ganará u obtendrá ella (extrínseca), sino algo que trasciende a ella, que generalmente es ayudar a otros y contribuir en una causa que les parece más importante que lo que ellos pueden ganar”
Cuando se combinan adecuadamente la motivación intrínseca y la trascendente, el resultado es explosivo y por lo general genera liderazgos exitosos e inspiradores, no hay quien pare a esa persona o ese equipo. Sin embargo, la motivación extrínseca también es necesaria, es la que permite la continuidad de los negocios, la subsistencia y crecimiento de las personas. Un CEO que no piense en la obtención de resultados económicos positivos de su compañía, estará destinado de igual forma a fracasar. La calve estará entonces, como se mencionó anteriormente en como el líder debe escudarse en sus valores para la obtención de resultados duraderos.
En conclusión no es tarea fácil ser un buen líder, por eso no todos los que nacen con capacidades de liderazgo terminan siendo lideres exitosos, ya que se puede ser un líder negativo también. Un líder que no tiene la capacidad reinventarse, adaptándose rápidamente a los cambios, estará destinado de igual forma al fracaso. El liderazgo que funcionó en el siglo XX, no es el mismo que dará resultados en este siglo, el mundo ha cambiado y seguirá cambiando a pasos agigantados, los desarrollos tecnológicos y sociales, han hecho que los modelos de negocios, procesos etc. que antes perduraban por varias décadas, hoy en día deban replantearse en periodos más cortos. El mundo de hoy requiere líderes transformadores, que logren encaminarse, encaminar y mantener a sus equipos inspirados y motivados ante este nuevo panorama; lo único que no cambiará a la hora de liderazgos exitosos, es y será siempre, los valores imprescindibles en el buen líder; templanza, ética y honestidad a la hora de la toma de decisiones.